Los datos aquí expuestos has sido sacados de la web de la asociación de cofradías,redactados por Guillermo A. Paterna, están sin actualizar. En adelante los actualizaré.
Resumen Histórico: El dato más antiguo que poseemos de la existencia de la Hermandad es de 1597. Se trata del testamento de Pedro Arias de Aragón, donde queda clara la presencia de esta cofradía al menos en esa fecha. Es también, hasta ahora, la referencia más remota que poseemos sobre nuestra Semana Santa. Otra importante fuente documental, precisa y valiosa, también se refiere a esta hermandad: la ya citada acta notarial de 8 de Marzo de 1739 firmada por D. Pascual Gallego Bosque de Vera. En este documento se copian literalmente acuerdos reflejados en el Libro de Actas de los Cabildos de la Cofradía de la Sangre de Cristo.
Con este nombre y con los del Cristo de la Sangre y Cristo de la Agonía se le conoce en distintas épocas a la Cofradía que nos ocupa.
Así, sabemos que en 1664, esta cofradía debe ser una de las más importantes de Tobarra, ya que alberga en su seno, sin saber exactamente en que condiciones, a la de Jesús Nazareno que acabaría separándose de aquella, no sin antes algunos litigios y demás acciones de letrados. En 1661 es Mayordomo de la Cofradía de la Sangre D. Antón de Vergara; en 1662 lo es D. Francisco Ortega y en 1663 D. Tomás Martínez Tomás.
En 1664 se encargan al escultor Gregorio Pérez dos “hechuras” (imágenes), la de Jesús Nazareno y ¿un nuevo Cristo de la Sangre?, pagándose por ellas setecientos dieciocho (718) ¿reales?
La Cofradía tiene tal poder que en 1738 pretende que se prohíba la asistencia del estandarte de Jesús Nazareno a la procesión del Viernes Santo (madrugada) por ser la de la Sangre la que tiene permiso para organizarla.
Desconocemos sí la imagen del escultor citado es la misma de la que se habla en 1924: “Se lucieron entre todas por su orden y colocación de nazarenos, la de los Dolores y Cristo de la Sangre”. (Ya ha cambiado el nombre)
Mariano Catalán y Volusiano Navarro son en 1923 tesorero y secretario respectivamente. La imagen del Cristo lleva en sus pies a una Magdalena enlutada, abrazada a la cruz, ampliándose el trono en 1924 con las imágenes de una Dolorosa y posteriormente con San Juan. En esta misma fecha es presidente el sacerdote D. Jesús Ramón Tornero.
La destrucción llega, como a los demás, en 1936 como consecuencia de la Guerra Civil Española.
Entre los años 1940 y 1943 los antiguos hermanos del Cristo de la Sangre sacan a la calle, en procesión un pequeño Crucifijo, propiedad de la familia de D. Abel Sáez.
En 1943 el Ayuntamiento y sus Alcaldes D. Jorge Carcelén López y D. José Arteaga Herraiz adquieren de la casa Francisco de P. Gomara de Barcelona la talla de un Crucificado. El importe pagado asciende a 4.217 pesetas, dinero que en su mayor parte ha salido de un recargo “voluntario” sobre el tabaco, a razón de 15 céntimos por paquete.
Las otras dos imágenes, San Juan y la Virgen que completan el trono proceden de un taller industrializado de Olot.
No se tienen datos documentales, pero con toda probabilidad este nuevo conjunto escultórico desfilaría por primera vez en 1944.
Los empleados del Ayuntamiento y del Juzgado engrosaron sus filas, siendo el Sr. Arteaga su primer presidente. Las túnicas serían durante muchos años de tela tintada de rojo. La primera de terciopelo fue la de Guillermo Monte Torrano. En 1949 se confecciona el estandarte que salió hasta 1990
Al nuevo Cristo de la Agonía, como ya se le conoce, deciden ponerlo sobre carroza en 1958 por falta de personal para sacarlo a hombros. Juan Parras García y otros compran un viejo Ford de pedales para aprovechar el armazón con las ruedas. Sube no obstante, al Calvario.
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Imágenes
Situación Actual
Evolución desde 1971: En 1970 cesa como presidente José Ruiz Parras. Desde el 2 de Septiembre es presidente Maximino Moya García, quien acomete la renovación de túnicas, cetros cromados, alumbrado, faldón, más hermanos, etc. La cuota fijada en 1971 es de 100 Ptas. Anuales; 200 en 1977 y 500 hasta 1988. El equipo completo en 1971 túnica y cetro, cuesta 2.350 Ptas.
Maximino presenta la dimisión en 1988. Se elige a Francisco Romero Pastor para sustituirlo. Desde este momento la junta Directiva de la hermandad, presenta un ambicioso proyecto de renovación total de la misma, proyecto del que es autor Juan García García, así como de su coordinación y sistema de financiación Personas jóvenes integran la directiva de la remozada hermandad.
Se trata de confeccionar un nuevo trono y renovar todo el vestuario. Así 1988 es el último año que el viejo trono desfila sobre carroza. El nuevo se encarga al escultor sevillano D. Manuel Guzmán Bejarano, de acreditada fama. Este se estrena en la Semana Santa de 1989.
El trono, que está hecho en madera de cedro, responde al más puro barroco sevillano. Mide 4 metros de largo por 2,40 de ancho. Un gran trabajo artesanal de talla. Lleva cinco varas de extremo a extremo para 20 agarraores y otras 20 plazas interiores. Las dimensiones totales del trono con varas incluidas son de 7 metros, levando una altura total de 5,70 metros. En los laterales, capillas con pequeñas imágenes de la Verónica y la Magdalena. Los escudos municipal y de la hermandad van esculpidos en el frente y la trasera. Cuatro arcángeles sobre las dos hornacinas, cuyas figuras van policromadas. En 1991 se completa el trono: barnizado/lacado, nueva Cruz (con mecanismo interior para bajarla) del mismo escultor y la restauración de las imágenes de San Juan y la Virgen llevada a cabo por el también sevillano Jiménez Pérez. Se alumbra con las velas que se alojan en 46 tulipas. También en 1991 se estrena un nuevo y artístico estandarte bordado en oro y pedrería. El faldón, las más de 200 túnicas y mayor número de cofrades completan el esfuerzo realizado en tres años y que han supuesto un gasto de casi 9.000.000 de Ptas. Sólo el trono acabado, importó 6.300.000 Ptas.
Juan García y la junta directiva buscan el apoyo económico de varias personas, a las que, cuando sea posible, se les devolvería el dinero prestado.
Desde 1991 Juan García García es el presidente de la hermandad.
Etapa actual: En 1993 deja la presidencia el sr. García, pasando desde esta fecha hasta nuestros días a ser presidente de la hermandad D. José Manuel Martínez García. La Junta Directiva ha sufrido cambios en varios de sus componentes, aunque la mayoría son personas jóvenes.
En el año 1996 se acuerda alargar las varas del trono para que pudiesen entrar dos agarrores más por vara, esta decisión se toma debido al elevado peso que tiene el trono y tras varios años de romper una vara por lo menos al año y aliviar a los agarráores del peso que venían soportando. Con este proceso la longitud total del trono pasa a ser de 7,80 metros de largo por 2,4 metros de ancho y pasando de ser portado por 20 agarraores en el exterior a 30.
Desde la última fecha reseñada hasta el año 2.000 no se realiza ninguna operación importante dentro del seno de la hermandad, el trabajo se limita a la consecución de dinero para la realización de un ambicioso proyecto que se lleva a cabo dentro de los años 2.000/2.001, trabajos que salen a la luz en la Semana Santa de 2.001. Este proyecto consta de cuatro partes, dos de ellas de suma importancia para el mantenimiento del trono:
La sustitución de las parihuelas ó armazón interior del trono, pasando a ser de madera a una estructura metálica, consiguiendo más rigidez en ésta y eliminando unos cuantos kilos del peso total del trono. Estos trabajos son asesorados y revisados por el maestro que realizó el trono D. Manuel Guzmán Bejarano, quien realizó los planos de la nueva estructura y llevó a cabo el desmontaje y montaje del trono.
Tras doce años en nuestro pueblo, se acuerda que la talla de la canastilla necesita una limpieza y restauración a fondo, para lo cual nos ponemos de nuevo en contacto con quien realizó en trono, el cuál nos envía a uno de los numerosos artistas que tiene en su taller para la realización de esta costosa y delicada operación, que tarda en llevarse a cabo una semana y los resultados de la misma fueron espectaculares, realzando aún más la maravillosa talla que tiene el trono.
El proyecto más ambicioso y delicado es la restauración de la imagen del Cristo debido a la gran cantidad de grietas y fisuras que a lo largo del tiempo se le habían producido en toda la imagen, ya que según nuestro conocimiento ésta no ha sufrido restauración alguna desde que llegó nuestro pueblo por el año 1944. Una vez tomada esta decisión existía el problema de ¿quién? y ¿dónde? . Como era normal nos pusimos en manos de quien desde 1988 hasta nuestros días ha sido el baluarte de esta hermandad en aspectos artísticos: D. Manuel Guzmán Bejarano, el cual una vez más cuando pusimos en su conocimiento esta tarea no dudó ni un segundo en aceptarla, diciéndonos que sería un honor para su taller restaurar dicha imagen. La única condición que le pusimos fue que no se le cambiara ninguno de los rasgos de la imagen, que la queríamos ver igual que cuando la llevamos, simplemente que restaurada, este proceso fue muy costoso debido al mal estado en que se encontraba esta imagen. Tras varios viajes a Sevilla para ver como iban los trabajos y una vez finalizado el mismo después de varios meses, el resultado final fue espectacular, no se le notaba rastro alguno de la restauración, manteniendo los mismos rasgos y expresiones que todos aquellos fieles tenemos en nuestra mente.
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